Según fuentes antiguas, Nabucodonosor II hizo construir los jardines para contentar a su esposa Amitis, una princesa meda que añoraba la vegetación de su país de origen. Otras fuentes sin embargo atribuyen la construcción de los jardines a Semíramis, reina de Babilonia, supuesta hija de una diosa y un mortal.
Los jardines se encontraban sobre construcciones escalonadas, en terrazas elevadas a distintas alturas y sustentadas por bóvedas o columnas de piedra, material poco frecuente en esa zona de desierto. Disponían de un sofisticado sistema de riego, con maquinaria para subir el agua del río a la terraza más elevada y de ahí distribuir el agua a las demás alturas.
Ctesias de Cnido, historiador griego del siglo V a.C. escribió:
“Al lado de la ciudadela estaba el edificio conocido como los Jardines pensiles. Este recinto arbolado era cuadrado con los lados de cuatrocientos pies de longitud (118 m), y en pendiente como un cerro con terrazas sobre terrazas como en un teatro. Durante la construcción de las terrazas se hicieron galerías debajo que soportaban el peso entero de los jardines, cada una levándose un poco sobre la anterior en el ascenso. La galería más alta, que tenía 75 pies de longitud (22 m), apoyaba el nivel más alto del jardín, y éste estaba al mismo nivel que las murallas de la ciudad. Los muros de esta estructura, que costaron una fortuna para construir, tenían 22 pies de grosor, y estaban separados por pasillos de 10 pies de ancho. Las galerías tenían un techo de vigas de piedra de 16 pies de largo por 4 de ancho. Encima de estas vigas había una capa de juncos puestos en una gran cantidad de alquitrán, después dos hileras de ladrillo cocido con argamasa, luego una capa de plomo para que la humedad del suelo no pudiese filtrarse. Sobre esto se amontonó tierra, con la profundidad suficiente para contener las raíces de los árboles más grandes...una galería tenía pozos abiertos desde los niveles más altos y maquinaria para subir el agua en grandes cantidades desde el río y suministrarlo a los jardines. Esta maquinaria estaba totalmente encerrada y por tanto no se veía desde fuera”. (www.plinia.net)
Robert Koldewey (1855-1925), arquitecto y arqueólogo alemán descubrió el conjunto religioso de Babilonia y los jardines pensiles. Hizo la siguiente reconstrucción basándose en los restos arqueológicos y en los datos de Ctesias de Cnido.
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